sábado, 19 de diciembre de 2009

The Pink Tones

El sábado pasado tuve la oportunidad de asistir a uno de los mejores conciertos en los que he estado en mi vida, indudablemente. El pequeño escepticismo que me envolvía tras conocer el concierto lo borró de un plumazo la asistencia al mismo, de la cual salí maravillado.

Y es que no es fácil versionear a Pink Floyd con todas sus letras. Se puede tocar Pink Floyd, no es un grupo técnicamente muy exigente, pero hacerlo bien complica muchísimo el asunto. Es un grupo cuyo sonido puede asombrar a cualquiera hoy en día en la era digital, ni qué decir en los años setenta. Lo confirmo ya; The Pink Tones es un grupo perfectamente capaz de emular su sonido, con grandes resultados. Sin duda —y como dijo el cantante— es algo en lo que hacen especial hincapié y seguro que les ha llevado años encontrar. De hecho, también confesó que todavía les falta algo para afianzar su sonido al de Pink Floyd del 73. "El del Pulse está bien, pero no es lo que buscamos". Grande. Desde luego, un esfuerzo encomiable para analizar y reunir toda la electrónica que involucra el sonido del mítico grupo. Aparte de esto, la puesta en escena estaba más que cuidada. No penséis que porque versioneen a un grupo lo hagan de manera campechana y centrándose solo en la música, pues visualmente el espectáculo estaba bien dotado, con sus momentos de luces, humo, láseres y demás parafernalia.




El deleite sonoro se abrió con Shine On You Crazy Diamond (Parts VI-IX). Cuando menos curioso abrir con la segunda parte de una canción, pero indudablemente un tema enorme. Lo confesaré ya, Wish You Were Here es mi álbum favorito de Pink Floyd. Que Have A Cigar le siguiese a esta no pudo sino mejorar la cosa. Dos canciones ideales para probar de lo que es capaz The Pink Tones como grupo tributo, con un resultado más que satisfactorio. Mención especial al final de Have a Cigar en el cual imitaron a lo que se puede oír en el álbum apagando las pantallas generales, algo que también hicieron al inicio de Wish You Were Here, mucho más avanzado el concierto.

A esas dos canciones le siguió Pigs (Three Different Ones) como repaso a uno de sus discos más laureados pero quizás algo ensombrecido por sus discos más insignes, Animals, donde pudieron hacer alarde del distorsionador de voz que se usa en esa canción para hacer ese característico solo vocal, además de On the Turning Away, Coming Back To Life y What Do You Want From Me, para recordarnos esa denostada época de Pink Floyd tras la marcha de Roger Waters.



Lo cierto es que el concierto prefirió centrarse en los discos más famosos (que por algo lo son, su indiscutible calidad) y aparte de estas dos canciones la única que no fue del trío de discos célebre fue Echoes, de la cual había oído hablar de sobra pero nunca había escuchado porque quería esperar al momento de escuchar Meddle. Tocaron la versión corta, de 16 minutos (bendito oxímoron), y sencillamente me maravilló. Tras esa escucha no es pequeño el repaso que le he dado a este tema, Live At Pompeii incluído. Y puedo afirmar que The Pink Tones lo tocaron con una fidelidad absoluta, tarea nada fácil.

Más tarde llegó el Dark Side of the Moon, todo en pack. Sí, lo tocaron entero de inicio a fin, lo cual es admirable, aunque casi obligatorio. Un álbum que une y entrelaza tanto sus canciones, usando mucho leitmotiv, merece ser tocado así. La lealtad hacia el disco de nuevo era completa. Usaron grabaciones para diversos sonidos irreproducibles por instrumentos al principio de las cancones Speak To Me y Time, y no sé si On The Run, porque desde luego es complicado hacerla en directo. The Great Gig In The Sky no estuvo falta de voz femenina, porque durante todo el concierto acompañaron las canciones dos esbeltas coristas, y a falta de negraza cantante de gospel para hacer de voz solista en este tema buenas eran ellas dos, además no reclaman derechos de copyright. La transición Us And Them/Any Colour You Like fue especialmente mágica para mí, hasta el punto de emocionarme bastante.




El saxofón también estaba presente, por supuesto; instrumento fundamental en este álbum y el WYWH, lo tocaba —según leí en la web oficial del grupo— el músico que más recientemente se había unido al grupo. Aparte de hacer esa labor perfectamente también ayudaba como segundo guitarrista en la mayoría de las canciones, aunque tímidamente. La labor de un segundo guitarrista no es que sea esencial en un grupo en el que sólo contaba con uno y no tenía tendencia a doblar sus guitarras, así que tocaba su guitarra (nunca había visto una guitarra sin pastillas, y no sé si usará otro sistema para recibir el sonido o las pastillas estaban latentes) con un volumen bastante moderado. Incluso se atrevió con el trabajo vocal más furioso en Run Like Hell, por ejemplo, siempre ayudando al guitarrista principal que en cuanto a la voz hacía tanto de Waters como de Gilmour repartiéndose trabajo con el bajista, menos participativo pero igualmente con una grandiosa voz. Ni qué decir que tanto en técnica como en timbre eran un sucedáneo más que honroso de las voces inglesas, sólo a falta de un perfecto acento que entre tanta loa nadie se atrevería a exigir.

Para la recta final del concierto dejaron canciones de The Wall. Obviamente no tocaron el disco entero, ya que dura 1:20h, pero repasaron sus temas fundamentales. Es más, creo que es lo mejor que se puede hacer, ya que como banda sonora de la película queda muy bien, pero en mi opinión hay temas que no están a la altura en este disco. Con las dos coristas enfundadas en un traje de colegiala que dejaría estrábico a quien intentase mirar a la vez a los demás componentes del grupo y un muñeco hinchable gigante del dibujo que simboliza al profesor de escuela en la película (y no me preguntéis por qué, pero daba la sensación de que incluso se movía al ritmo de la música), los músicos decidieron echar el resto con un buen puñado de temas entre los que se encuentran sus más conocidos y a la vez animados, lo que sin duda encendió al público.




Así pues, abrieron esa ronda de temas tal y como abre el disco, con In The Flesh?, y también cayeron The Thin Ice, las Another Brick In The Wall (con The Happiest Days of Our Lives entre medias, por supuesto), Mother, Goodbye Cruel World, Run Like Hell y acabaron cerrando el concierto con la archiconocida y emocionante Comfortably Numb, sin duda una de las mejoren maneras.

En efecto, no son pocos los temas que he citado (creo que no me dejo ninguno), y contando que la duración de muchos de ellos es bastante larga acabó siendo un concierto de alrededor de tres horas. Suficiente para salir con muy buen sabor de boca por los 17 € invertidos en la entrada, y con ganas de repetir en siguientes bolos en los que se dejen caer por la ciudad de la que procede el cantante y guitarrista del grupo, Álvaro (lo cual le da +10 de carisma). 2010, un buen año para repetir.

Por último, dejo una secuencia de fotos que un asistente se animó a sacar con su equipo durante el bolo, sacrificando su lumbago agachado constantemente en los escalones que dan pie al escenario. Además, en la foto sacada al público se le puede ver a un servidor por ahí, con idéntico semblante que las demás personas. Este puede ser de profundo aburrimiento o de mayúscula admiración aderezada con un respetuoso silencio. Huelga decir de cuál de las dos proposiciones de este dilema se trata.

He leído que graban cada concierto que tocan pero por problemas con la mesa de sonido esta vez no pudo ser, en cualquier caso, os dejo un par devídeos del concierto de 2008 en el mismo escenario. La imagen no es la mejor pero el sonido es idóneo.





También os animo a visitar la web del grupo, en la que aparte de poder escuchar más cómo suenan, que es algo a lo que me he referido largo y tendido en esta entrada (aunque no sé cuándo hicieron esas grabaciones y puede que ellos mismos las consideren desfasadas y hayan mejorado), podéis comprobar una lista de las no pocas canciones que tocan de la banda inglesa y estar al tanto de los pocos conciertos que tocan al año. Si tenéis la suerte de que se pasen por vuestra ciudad y os gusta Pink Floyd, francamente... os obligo a ir.

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lunes, 14 de diciembre de 2009

Ciencia musical

Bueno, una pequeña entrada de transición. Un tentempié para digerir la que escribiré en breve, cuando tenga tiempo.

Entre los muchos fenómenos musicales que se pueden encontrar por los lugares más recónditos de internet, se me dio a conocer una manera muy curiosa de hacer música. Sabía que se podía dotar a cualquier voz grabada de una melodía mediante programas que francamente desconozco, pero se puede hacer regulero, bien o cojonudo.

Si el iniciador dispone del talento y la paciencia como para armonizar la melodía que crea el resultado gana enteros, ya en forma de lo que se puede considerar una canción.

Si además el contexto en el que desarrolla este proyecto es el científico le añadirá un punto de originalidad e interés.

Y si finalmente las melodías creadas son bonitas y pegadizas, esto hará que el resultado sea la ostia, que se nos quedarán los axiomas científicos grabados a fuego en la mente y que queramos abrazar al ilustre Carl Sagan.





Anda que no vería documentales si se presentasen así. Ikusbit musical sería épico.

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domingo, 8 de noviembre de 2009

Post/Math Rock Japonés

En esta entrada tan sutil y alegóricamente titulada, vamos a dar un pequeño repaso a un género que los japoneses controlan bastante: el post rock y el math rock. Supongo que empecé a buscar este tipo de música después de gozar con Jardín de la Croix, y descubrí que Japón es un filón para este tipo de bandas. Voy a ir comentándolos ordenados por mi número de escuchas según last.fm, y así me ahorro tener que elegir cuál me gusta más.




En primer lugar tenemos a los caballeros de la foto de ahí arriba: toe. Las minúsculas son intencionadas, y lo digo desde ya: los japoneses son bastante especialitos con esas cosas, y en esta misma entrada aparecerán unos cuantos grupos que diferencian mayúsculas y minúsculas.

Lo más característico de toe es, sin duda, la batería. El tío parece tener cuatro brazos, y acompaña las canciones con unos ritmos tranquilos pero llenos de arreglos que a mí, con mis conocimientos ultra básicos de batería, me parecen la repolla. En general son canciones tranquilas, sin tirar mucho de los ritmos caóticos del math rock. Consiguen un sonido precioso con las guitarras limpias acompañadas ocasionalmente de efectos de tremolo y delay. El grupo es instrumental y sólo he encontrado voz en un par de canciones, como viene a ser habitual en este tipo de bandas.

Para catarlo, aquí tenéis la canción C, del disco The Book About My Idle Plot On A Vague Anxiety. Esa es otra costumbre de los japoneses, no sé si será por la traducción, pero algunos títulos son kilométricos.



En segundo lugar tenemos a los que comparten con toe el título de Putos Amos de la Barraca: LITE. Esta vez tocan mayúsculas, así es la vida.

Se diferencian mucho de toe por la caña que le meten. Las canciones son mucho más rápidas, y cada una de las canciones tiene una composición más variada, mientras que las de toe son más repetitivas. La batería sigue siendo una pasada, y si no llama la atención tanto como la de toe es porque en LITE todos los instrumentos tienen una complejidad técnica impresionante, incluyendo el bajo (que en toe está muyyy de fondo). Además, estos sí que le meten algo de distorsión a sus guitarras, que viene de puta madre en las partes rápidas. Y por cierto, aquí tampoco canta nadie, ni falta que hace.

Ya sé que esto ha parecido un LITE vs toe, pero es que tengo un dilema serio a la hora de escoger uno de ellos como mi favorito. Así que escuchen ustedes y comparen, os dejo con la canción Phantasia del disco Phantasia, una masterpis:



A partir de aquí ya no domino tanto los grupos, pero al menos los daré a conocer.



Zazen Boys es un grupo de japoneses zumbados que no pintan mucho con el resto de grupos de aquí. Son un grupo centrado en los jams, usando los ritmos y compases extraños del math rock. En algunas canciones parece que al bajista o a alguno de los guitarras les ha dado un ataque epiléptico y tocan lo que les sale de los huevos sin escuchar a los demás, pero tienen su encanto. Uno de los guitarristas también ejerce de cantante... bueno, de vocalista, porque a veces canta, a veces rapea, y si no suelta parrafadas en japonés sin cambiar de tono.

A mí me engancharon bastante y me escuché toda la discografía (organizada por números a lo Led Zeppelin), pero soy consciente de que a veces son disonantes de cojones. Os dejo la canción Cold Beat del disco Zazen Boys II.



Ahora les toca a otros minusculeros, . Por no repetirme, me limitaré a compararlos con lo anteriormente visto: están más en la línea de LITE, mezclando en sus canciones partes muy rápidas (con su distorsión) con partes muy lentas (con sus delays y demás pijaditas). Tampoco dispone de vocalista, y menos mal, porque viendo los títulos de las canciones, las letras podrían haber sido libros de filosofía. Un ejemplo: del disco Sore wa, Narihibiku Sekai kara Ganjitsutekina Oto wo 'Uta' Outo Suru Shikou la canción Even Mightiest Soul And Mightiest Power, It Is Same As Nothing If There Is No Intellect. Su puta madre. Cuidado que la canción empieza repentinamente y podría asustarte y hacerte gritar como una nena.



Ahora ya sí que os menciono grupos recién descubiertos para los que mejor ni pongo fotos ni nada, total, para ver unos chinorris frikis haciendo el bobo... Tenemos al grupo 3nd, que atrajo mi atención por los comentarios que vi alabando el trabajo de su bajista. Y en efecto, es bastante alabable, sobre todo en la primera canción del único disco que conseguí, que será la que os ponga a modo de demostración.



Tenía un par de grupos más en la recámara, había subido canciones a goear, fotos y demás... Pero con esto del post rock, igual que me pasó con el stoner, cuanto más investigo más me cansa. Así que saldrá más a cuento hacer un post V2 cuando descubra algún grupo digno de hacer sombra a toe o a LITE. Hale, a ver si alguien ha tenido huevos de repasarse y oir todo lo de esta entrada xD.

PD: un consejo personal. No caigáis en la trampa de los grupos post rock ambientales, de los cuales también los hay japoneses, o caeréis en un profundo letargo hasta que un valiente príncipe llegue y os bese con pasión. Así que a menos que sea esa vuestra fantasía, evitad grupos como Mono o World's End Girlfriend. Si se da el caso de que os gusten Sigur Rós y similares, ignorad este post data XD.

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jueves, 29 de octubre de 2009

El gato avaricioso

Desde la redacción os comunicamos que hemos recibido copias que esperábamos de los álbumes de Stemage enviadas desde EEUU con motivo de realizar las pertinentes críticas.

Ja, una mierda. Pero lo cierto es que tanto Imanol como yo decidimos invertir en un valor seguro como es la música de este hombre que conocíamos bastante bien, aderezados por el álbum de estudio que acaba de grabar en grupo haciendo una selección de temas de su proyecto Metroid Metal.

Precisamente ese proyecto de incuestionable calidad es el que le ha dado la escasa fama que ha tenido, y con el que llegó a nuestros oídos su música. A los míos en concreto llegó mediante el histórico Friki MP3 Volumen 2 que Imanol (seh, que te entre la nostalgia) me grabó en unos lejanos tiempos de —feliz— enseñanza obligatoria en la que, mientras que él saciaba sus ansias musicales mediante escuchas a todo tipo de OSTs de videojuegos, mis oídos de púber descubrían grupos como los Lludas y esas cosas. Vamos, que somos unos old schoolers de su música.



¿Qué o quién es Stemage? Ni más ni menos que una única persona con nombre y apellido. Grant Henry, de Carolina del Norte. Lo cierto es que al momento no lo sabíamos, nos limitábamos a alucinar con el proyecto inicial de Metroid Metal, que consistía en un repaso completito de la banda sonora de la primera entrega de la saga. Sólo conocíamos la famosa tonada de Brinstar por los juegos de Super Smash Bros., pero eso daba igual. Pese a ser un homenaje que haría a los fans de los juegos de la cazarrecompensas galáctica temblar de emoción, a nosotros también nos hizo flipar en colores con temazos como Ridley, el cual podía hacer que esto:



Se convirtiese en lo siguiente:



El cambio es impresionante. Pero todavía queda lo mejor, porque este es uno de los temas que más respeta la versión original. La labor de Grant a la hora de arreglar, armonizar y (oh, mi parte favorita) hacer los temas mucho más polirrítmicos es sin duda muy talentosa.



En MM exceptuando el bajo en muchas ocasiones todo está compuesto e interpretado por Grant, con el matiz de que la batería está hecha con un programa de ordenador. Lo misterioso es que a veces se le puede ver el plumero porque la caja sobre todo peca mucho de un sonido constante y poco real, pero en otras sena mejor. El propio Stemage mediante su canal de youtube nos mostró el funcionamiento del programa:



Space Pirates es sin duda una de las más agraciadas en ese aspecto, con un gran sonido. Y esos son los comienzos de Stemage, grabando en su casa pero así y todo consiguiendo grandes resultados. El proyecto MM sigue activo en la web del logo, donde sigue esporádicamente subiendo alguna canción de otros juegos de la saga, las cuales tienen la misma calidad que las iniciales, para disfrute del personal.

Pero el proyecto MM no acaba ahí. El año pasado llevaron a cabo uno de los retos que se tenían en mente, trasladar Metroid Metal al escenario. Así, con un grupo de músicos que supongo que aceptarían gustosamente colaborar con él, Grant ha tenido la oportunidad de hacer una gira por su país, la cual continúa a día de hoy. Tres guitarristas para no perder arreglos en las canciones, ha de ser la leche.



Además, valiéndose de tener su séquito de virtuosos cubriéndole las espaldas y con un prestigio ganado a pulso en la escena más videojueguil de la música, Stemage ha tenido la oportunidad de hacer una selección de sus temas para grabarla en estudio y esta vez sí, con una batería hecha y derecha. Varia Suite acaba de salir, y tanto Imanol como yo decidimos comprarlo.


Es un disco que mira con mucho respeto a las versiones primigenias. La batería es lo más significativo, algún detalle virtuoso de sus nuevos compañeros de grupo también se hace notar, pero por lo demás el corte de los temas es similar. Hay un cambio en la producción, pero es que Grant hizo los deberes tan bien en las canciones originarias que muchas veces no sabes con cuál de las versiones quedarte —también cuenta el factor nostalgia o habituación de las primeras—.

Uno de los cambios más llamativos es el del tempo que ralentiza una de nuestras composiciones preferidas, ese homenaje al space rock que es Phendrana Drifts. Pero sin duda lo que menos nos ha gustado ha sido la 'caja' (por llamarlo de una manera) en la que viene el disco, un sobrecito de cartón que bien nos recuerda a los juegos de PC que venían en las cajas de cereales. Por chula que sea la portada, no acaba de arreglarlo.

Esto hace que quizás merezca la pena descargar las canciones... de forma legal, las tenéis aquí. A nosotros sólo nos queda la ventaja de que tenemos el losless cd, y los 1411 kbps cunden bastante al escucharlos en un buen equipo.

Como curiosidad, en este disco y demás merchandising como camisetas se están guardando de escribir nada sobre Metroid por, como es lógico, cuestiones de copyright. Sin embargo, Retro Studios, los creadores de la saga Prime, no han hecho otra cosa que alabar el proyecto de Henry.

Proyecto que es uno de sus varios. Mientras Imanol se consternaba por su disco a mí me quedaba el consuelo de haber encargado también un disco que editó en 2006 con Silent Uproar, la productora que ha editado también Varia Suite. Lo tenía escuchado de sobra de antes, pero es un trabajo tan genial que merecía la pena tenerlo. Se llama Strati.



All songs written, performed and egineered by Grant Henry (Stemage)


Ni más ni menos. Genial, cualidad de genio, es el adjetivo del que requiere este trabajo. Además de aventurarse en la batería con un resultado más que notable y mimar cada arreglo de guitarra, Grant se atreve esta vez incluso a cantar el disco. Es lo único que se le puede achacar que es normalito, no tiene un timbre de voz especial pero cumple. Además puso ahínco en escribir unas letras más que decentes. Han de serlas en un disco que abre con esta frase:


Motorhead is kind like you
Nobody really likes them but they say that they do

Además, absolutamente todo el disco fue grabado con un micrófono Shure SM57. Un micro bastante venerado, pero aunque en principio suene algo simple, ya a uno con tanto pro-tool se le olvida esta manera de grabar que tiene su propio encanto.

El estilo musical es bastante especial. Es un rock progresivo que por supuesto que tiene símiles con MM, pero quizás por la voz limpia decidió decantarse por algo más tranquilo. Igualmente Grant se vale de su talento para armonizar el disco de una manera que hace que descubras matices por cada escucha y que el álbum vaya exponencialmente a más.

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El trabajo de Grant no cesa ahí. Entre algún tributo a grupos que influyeron y alguna otra composición relacionada con videojuegos, Stemage ha preparado su segundo álbum cuya salida es inminente. Preparad los oídos, que lo merece.



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jueves, 22 de octubre de 2009

Americanizando a Zeppelin

Lo que sucede con mi enrutador (sí, es la única palabra con la que uno suena más cool si la dice en castellano que con su equivalente semántico inglés)es equiparable al Principio de Incertidumbre de Heisenberg. Cuanto más se intenta investigar el problema y arreglarlo, menos se entiende qué cojones pasa. Ello me está implicando un forzado (y quizás agradecido) distanciamiento de internet y consecuentemente del ordenador. No sólo estoy perdiendo la mayor fuente de información de mi casa, sino que tengo que dejar de lado muchas aplicaciones prácticas. Pero lo que más me duele de todo es tener que dejar de lado el amado blog, muy a mi pesar. Estoy aprovechando uno de esos lapsos entre desconexión e ídem para seguir hablando de música, aunque ahora prioricen otras cosas.

Mi estancia durante un mes en California con dieciséis años fue bastante fructífera en cuanto a lo musical se refiere, sobre todo por que por la época rehusaba bastante de grupos autóctonos. Pude volver de allí con un buen número de discos (tanto comprados como regalados) en el zurrón. Uno de los agasajos que me fue obsequiado era un disco bastante curioso, un álbum tributo a Led Zeppelin haciendo versiones bluegrass de sus temas más conocidos.



Detrás de esta carátula de photoshop barato se esconde un buen puñado de virtuosos del lado más folkie de la música. Gracenote los etiquetaba como la banda Old School Freight Train, pero resultaba ser (parcialmente) una impúdica mentira. Resulta que es un título dentro de la ingente serie de tributos que tiene el Vitamin String Quartet, que es un cuarteto de cuerdas compuesto por diferentes músicos para cada vez, todos ellos producidos por el sello Vitamin Records. Sin embargo, Old School Freight Train sí que resultan ser los compositores de la obra, trabajo no menos importante que la ejecución. Resulta además que los discos tributo lanzados por el sello son un verdadero porrón de ellos.

El trabajo que hicieron tiene dos caras. La menos guapa es la que tiene un puñado de canciones que la única diferencia que guardan con las originales aparte de la ausencia de voz es el pilar con el que se sustentan, es decir, una instrumentación y producción de sonido exquisitas que me hacen amar el banjo y el violín un poco más. Pero hay otras (las menos, quizás) en las que pese a trabajar sobre una base ya hecha, la labor de composición que hicieron es sin duda loable. Esto hace que el disco que cierra el disco ejerza un poco de tema insignia, al igual que pasa con el grupo original.




Sin embargo, no hay que olvidarse (ni mucho menos) de grandísimas versiones que se pueden escuchar en el disco, tales como Ramble On, No Quarter o All My Love (esta para mí incluso mejor que la original). Siendo totalmente objetivo y dejando de lado mi devoción por un grupo como Led Zeppelin, realmente merece escuchar a esta panda de good ol' boys que han firmado un discazo de versiones así.

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jueves, 17 de septiembre de 2009

Kylesa - Static Tensions

Saludos, estimados lectores. Este veranito, tanto calor y estudio no me han dejado tiempo ni ganas de escribir nada (suerte que somos dos blogeros), pero al menos me he escuchado unos cuantos discos nuevos. Desgraciadamente casi todos han sido una escoria (ya los comentaré), pero hay uno en concreto que me ha dado un gustirrinín bastante majo al oído. Se trata del Static Tensions de Kylesa.



Kylesa es uno de esos grupos que encuentro con la simple consulta de Last.fm. De vez en cuando me urge escuchar música nueva, y consulto grupos relacionados con otros grupos que escucho. De la lista que me hago, elijo unos cuantos discos de manera aleatoria. Y este grupo en concreto lo encontré buscando similaritudes similitudes con Mastodon, pese a que me parecían un grupo demasiado único y especial como para encontrar algo que sonase parecido y que estuviese a su nivel, sin ser una burda copia.

La primera escucha me moló. Comparándolo con Mastodon, sí que tienen un aire, siendo menos técnicos y un poco más burros, aunque escuchando su discografía en orden cronológico inverso el hardcorismo va aumentando con cada disco. La principal diferencia, de la que no me di cuenta en la primera escucha, es de que el grupo consta de dos baterías. No es nada nuevo en el mundo de la música (38 Special, We Are Standard), siendo algo que se ve más en los directos, pero entre lo que yo escucho no es lo habitual.

Un poco raro eso de no percatarse a la primera de algo tan característico como una doble batería, verdad? Pues no lo es tanto, porque durante la mayor parte del disco el segundo batería bien podría estar por ahí trajinándose a una grupie. En algunas canciones, ambos se hacen notar, como en la primera:



Pero en general, parece que se conseguiría lo mismo grabando la batería una vez, duplicándola y poniendo una en cada "lado del estéreo". Eso sí, escuchándolo con auriculares se consigue una atmósfera muy envolvente, y en directo tiene que ser un sonido bestial. Siempre y cuando no toquen en el escenario 2 del Sonisphere, donde un segundo batería habría provocado una masacre.

Además en el grupo hay una chica, que para mí viene a ser casi tan raro como la doble batería. De hecho el papel de vocalista se lo rotan entre el otro guitarrista y ella, que también toca la guitarra. En esas ocasiones es poseída por la rubia de Arch Enemy y canta con una voz tan hardcoreta como la del hombre.


En definitiva, un disco entretenido, rápido, con 10 canciones de 3-5 minutos que entran muy bien. Escucharlo esperando oir a unos Mastodon es mucho esperar, pero creo que me ha enganchado más que cualquiera de los discos de los señores estos del groove metal técnico. Y os dejo un temazo que me he tomado la molestia de subir a goear. Si le habéis dado a escuchar a la anterior, mejor la paráis y escucháis esta que MOLA MÁS.


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viernes, 14 de agosto de 2009

Cómo coño puede ser este disco tan bueno v.2

Mi lista de mejores álbumes de todos los tiempos, a la que tanto mimo a pesar de no estar escrita en ningún sitio, es bastante restringida, ya que trato de ir sobre seguro. No basta un embelesamiento pasajero para entrar en ella, para consagrarse como disco loado requiero años de escuchas sin que mi interés y admiración por el disco decaiga. Es por ello que no habrá más de cinco carátulas en el ficticio collage que conforman dichos discos.

Podría decirse que Iron Maiden era uno de esos trabajos. Ahora mismo traigo otro, curiosamente ópera prima y homónima de un grupo que a mi juicio también ha ido en declive irremediable. Ese disco no es otro que System of a Down - System of a Down.




Como todo hijo de vecino, empecé a escuchar a este grupo con Toxicity, hace tanto tiempo que incluso me asombra. Con 11 años ya tenía el disco con su correspondiente casette para escuchar en el walkman. Aguanté varios años escuchando ese disco, cuya grandeza es indiscutible, pero nada más comprar este disco del que hablo hoy parece que hizo que me olvidase de el logotipo de letras hollywoodenses por una temporada.

También es bien sabido que SOAD es un grupo único en su especie; este disco lo es dentro de su discografía. La mezcla de estilos que se sucede en este álbum es extraordinaria, otorgándole una atmósfera bastante interesante. Todo ello llevado con una simpleza guitarrística bastante llamativa para la 'complejidad' de los propios temas, pero la excelente labor a la batería de John Dolmayan y a la voz de Serj Tankian, la cual está llena de recursos de todo tipo hacen muchísimo. La base rítmica es tan buena que hace que cualquier riff nos pueda volver locos. El disco también es variado, cada tema tiene su propio carácter. Incluso Darts, que es la firme candidata a ser la canción de última hora (eufemismo de relleno, pero como no es mala para nada lo consider más correcto así) para estirar un poco el minutaje.

Hacer un close-eyed listening de esto es de lo mejor que se puede hacer si se quiere segregar adrenalina. No importa que las canciones sean lentas o rápidas. Todas suenan fuerte... y suave a la vez. Suenan potentes, pero son muy asequibles y con melodía. Reitero que el trabajo vocal en este disco es excelente. De todas maneras, las palabras sobran. Lo mejor que se puede hacer es directamente escuchar el disco y sacar conclusiones, lo cual no tiene nada que ver con que sea verano y no me apetezca ni un cagao escribir en este periodo de desconexión y de asesinatos indiscriminados de neuronas mediante diversas sustancias.


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domingo, 26 de julio de 2009

Sonisphere 2009

Mañana me piro dos semanas a tierras Astures, así que puestos a dejar una entrada por aquí, qué mejor tema que el Sonisphere celebrado en Barcelona el pasado 11 de juliol, al que decidimos acudir los blogeros de este bloj en un arrebato. Así que, no sin cierta tardanza, procederé a comentar el metalero evento.

La llegada al recinto (Parc del Forum) y sobre todo la vuelta a la estación merecen un blog aparte, así que la historia comienza cuando nos agolpamos junto con unos cuantos jebis a la entrada. Los jebis (entre los que no nos incluiré) bebían, comían, emitían sonidos guturales, lucían sus negros ropajes y perillas del averno, y sobre todo se impacientaban, porque no recuerdo el tiempo exacto pero los organizadores se pasaron la hora de apertura de puertas por el forro.

Cuando por fin abrieron las puertas, la gente entró en una estampida que la prensa comparó con un encierro de sanfermines. Mi compañero y yo entramos con la primera tanda, sin correr como locos hacia el escenario 2 donde ya habían empezado a tocar The Eyes. El escenario de los grupos no-tan-importantes estaba bastante bien, aunque era imposible que todo el público pudiese verlo cómodamente. Los más cómodos estaban sentados en las gradas del costado, o sentados en la hierba en el extremo opuesto. Los locales The Eyes lograron entusiasmar a un buen grupo de fans, mientras que el resto observaba desde una distancia prudencial. A mí me sonaron tan bien como puede sonarme un grupo de death metal/hardcore que no he escuchado en la vida, pero al ser el primer concierto no me desagradaron.


Sin cambiar de escenario llegaron los vasco-franceses Gojira, y el sitio ya se llenó con los rezagados. Para entonces ya me había dado cuenta de que ver en directo grupos tan bastos sin conocer las canciones no es tan entretenido como lo sería si fuese otro tipo de música, así que no sabría decir si Gojira molaban o no.

Le llegó el turno al primer grupo con el honor de tocar en el escenario 1, Soziedad Alkoholika. Mikel sí que sabría reseñar este concierto porque conoce el grupo, pero yo no conocía más que un par de canciones. Sonaron muy bien, aunque la voz del cantante no me acaba de convencer, prefiero una dulce voz gutural antes que un tío chillando con el micrófono metido en la boca. Además yo estaba ansioso de bajar a coger sitio para Mastodon, y después de ver Palomas y Buitres ya tuve permiso para bajar.

Y ahí estábamos guardando una bonita posición en el escenario 2, para ver al grupo que más me interesaba del festival: Mastodon. Mientras que S.A. seguían tocando en el 1, unos curiosísimos personajes hacían los preparativos para Mastodon, entre ellos una especie de leprechaun y un redneck con peto incluido. Cuando salió el batería para probar su instrumento, los kamehamehas que lanzaba cada vez que le pegaba al bombo no presagiaban nada bueno, y pudimos comprobar que nuestros temores eran fundados al comenzar el concierto. Puede que fuese por nuestra posición, no entiendo de acústica en conciertos, pero la batería se comía el sonido de todo lo demás, especialmente en las canciones y fragmentos en los que le metía caña al doble pedal. Que por cierto, me llamó la atención que usase doble pedal en vez de doble bombo, la batería no queda tan impresionante al verla, pero lo que menos le faltaba al concierto era otro puto bombo. Al guitarrista no-barbudo se le veía bastante mosqueado, y es que si no conocías las canciones era bastante difícil seguir la melodía. Considerando las circunstancias, dieron un conciertazo, engorilando al personal de las primeras filas con las canciones potentes, e hipnotizando con los temas más tranquilos del último disco. Quedé muy satisfecho con el repertorio, muy variado, aunque tampoco me habría echado a llorar si hubiesen tocado el Crack the Skye de principio a fin. Aquí tenéis lo que grabé en el momento, con sonido de cámara de fotos, pero se percibe el ambiente, y también cómo las cuerdas vocales de mikel trataban de rivalizar con el bombo del baterista:



Si la memoria no me falla, después tocaron Lamb of God en el primer escenario, pero sólo los vimos de refilón cuando pasamos a por tickets para cervesa, así que poco puedo decir de ellos. Que tocaban muy alto y había unas barbas canosas dignas de ver.

Siguiendo órdenes de mikel fuimos a coger sitio para Down. Una vez más, sería mikel el que podría comentar mejor este concierto, pero a mí sin conocerlos de nada me sonaron bien. Arrastraron al principio los problemas de sonido de Mastodon, pero fue mejorando a medida que pasaban las canciones. El cantante era un cachondo, y lejos de picarse como una nena cuando le tiraban cosas, se ponía los gorros, ondeaba banderas y se guardaba CDs en los bolsillos. Motivaron mucho al público durante el concierto, y cuando al culminar salieron los de Mastodon a tocar con ellos ya fue el despiporre.

Y eso fue el fin del escenario 2, ya que los tres conciertos restantes serían en el enorme escenario 1. Me pareció una putada porque cuando los conciertos se reparten alternativamente entre dos escenarios, los fans se reparten también, y tú puedes estar tranquilamente guardando el sitio para el grupo que más te guste a cambio de perderte uno que ni te va ni te viene. Por suerte durante el concierto de Machine Head la gente no se agolpó tanto contra el escenario, y después pudimos adentrarnos un poco más. Machine Head casi ni recuerdo como sonaron, les oía pero sin escuchar porque el puto jebimetal ya me entraba por un oido y me salía por el otro.

Así que, como he dicho, después pudimos adentrarnos un poco para ver a Slipknot, grupo por el que profesaba simpatía hace años pero llevaba mucho tiempo sin escuchar. Resultó ser un conciertazo, tal y como aparentaban los que vi en youtube, y me emocioné más de lo previsto cuando tocaban canciones que conocía. Muy curioso el momento en el que el cantante nos pidió a nosotros, BARSELONA, OUR FRIENDS, OUR FAMILY (se pasan un poco con las confianzas a veces) que nos agachásemos para luego saltar al oir la señal. Al parecer hubo sectores que se resistieron a agacharse, aunque tampoco sé cuántos fueron porque yo estaba ocupado en no caerme de espaldas agachándome en un espacio muy reducido. Pero en cuanto soltó el JUMP THE FUCK UP!! fue épico.

A partir de cierta hora no tengo más fotos, así que pongo una que no va muy acorde cronológicamente, pero al menos está enfocada y demás xD. Podéis ver la pantalla del escenario 1 en la que verían el concierto los que estuviesen detrás de ese pedazo cacharro.


Cabe mencionar que si cuando llegamos al festival a las 3 PM estábamos ya cansados por la caminata que fue llegar hasta el forum desde nuestro hostal, para la hora en la que empezaba Metallica (sobre las doce de la noche) no podíamos ya ni con nuestros respectivos huevos. Así que cuando los caballeros estos se tomaron su tiempo para cambiar el escenario, las pruebas de sonido, la cena, el maquillaje, el yoga, las putas, y algún que otro capítulo de Lost que es que están superenganchaus, yo ya prefería tirarme al suelo y morirme antes que tragarme su concierto. No soy incondicional de Metallica, así que dado mi estado físico me motivé en algunas canciones, y el resto simplemente agonicé, pero hay que reconocer que el concierto estuvo de putísima madre, largo y variado, y con un Lars Ulrich bastante decente para lo que me habían advertido.

Críticas así en general sobre el festival: los sitios para comprar tickets eran pocos, parece que hay gente que se comió unas colas increíbles. Nosotros fuimos previsores y compramos tickets de sobra antes de las aglomeraciones exageradas. Lo peor fue que no sabíamos que al otro extremo del recinto había puestos de comida, y no los descubrimos hasta que se acabó todo el asunto, demasiado tarde. Y puestos a quejarse, el escenario 1 parecía tener una ligera pendiente cuesta arriba, porque siempre me parecía tener a gente altísima delante.

Por lo demás, 70 euros + gastos bien aprovechados, pero gracias a Mastodon: la próxima vez me lo pensaré dos veces antes de ir a un concierto con tanto grupo hardcore. Al menos pudimos ver a Isam demostrando su clase como metalero al revolcarse por el suelo, y en nuestro deambular por Barcelona vimos también a ballener0 xD:

(P.D.: no podré atender a los comentarios porque no estaré, que no se sienta ignorado ningún potencial comentarista xD)

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miércoles, 15 de julio de 2009

Cómo coño puede ser este disco tan bueno

Cada vez me cuesta más entender cómo Iron Maiden puede ser uno de los grupos de heavy más laureados, principalmente cuando un buen puñado de sus discos son una mierda. Tienen muchas canciones de sobra conocidas por todo aquel que se mueve por el mundillo, pero un grupo que tiene en mente la posibilidad de meter canciones de relleno en sus trabajos no merece estar en lo más alto. Por no hablar de que llevan bastante tiempo sumidos en una espiral de autoplagio y simpleza compositiva cuando menos preocupante. De hecho, diría que ellos mismos se encuentran en esa misma tesitura, envueltos en más recopilatorios y discos en directo que cualquier otra cosa durante los últimos años. Seguro que Harris se sienta en su cómodo sillón y piensa lo mismo mientras inconscientemente aporrea con ritmo galopante el cuero del apoyo: 'tun tututun tututun'.

Es uno de los primeros grupos de heavy que escuché, cuando compré el Brave New World hace ya seis años. Por aquellos tiempos el grupo me gustaba y por ello todavía guardo un buen puñado de discos en la estantería, cuya mayoría no tienen otro fin que coger polvo. Mis últimos intentos de escuchar varios discos como el Somewhere in Time han resultado estar bastante alejados de cualquier tipo de satisfacción. Sin embargo, reconozco que tienen varios trabajos en los que sí que existe un atisbo de haber intentado elaborar un buen álbum. Una vez, no sé si por pura casualidad o una extraña alineación de planetas, lo consiguieron con creces.



Iron Maiden - Iron Maiden. Un disco que ni siquiera contentó a ellos mismos (aunque sobre todo por la nula ayuda que recibieron en labores de producción), pero que por alguna razón está a años luz del resto. Quizás Killers asome tímidamente la cabeza para luego salir huyendo desenfrenadamente, pero nada más. Aparte de la ventaja que ofrece el hecho de grabar un primer disco, que es plasmar ideas que has tenido a lo largo de varios años (y Maiden precisamente llevaban alrededor de un lustro en activo antes del lanzamiento de su primer disco) y que lógicamente no pueden parecerse a nada que hayas grabado antes. El segundo guitarrista de aquel disco, Dennis Stratton, fue expulsado por 'diferencias musicales', sin embargo no compuso nada del primer álbum. Por lo tanto, la clave parece no estar ahí.

En cualquier caso, estos cuarenta minutos son el motivo exclusivo para que hoy en día me siga acordando de la banda inglesa. En ningún disco posterior a este han conseguido tener canciones tan bien llevadas para las partes vocales como para las instrumentales. Es más, a lo largo del disco difieren bastante los temas donde el peso lo va a llevar la voz y otros donde el peso residirá en los instrumentos. Pero siempre logrando temazos, y sin caer en ningún momento en la monotonía. Probando cosas que en trabajos ulteriores jamás se repetirían. Por ejemplo, nunca antes había visto enlazar una canción instrumental con una vocal de tal manera que parezcan un único tema, formando ambas un puto himno de escucha obligatoria que ya les gustaría tener a muchos grupos progresivos.

Paul Di'Anno >>>>>>>>> Bruce 'Vibrato' Dickinson


Es complicado tener un disco en el olimpo de favoritos estando el grupo que lo grabó tan lejos de él, pero eso ocurre en este caso conmigo. Es más, si me amenazasen con un hierro candente a dos centímetros de mi trasero a que dijese apresuradamente mi canción favorita, no dudo en que mi garganta emanaría un grito ahogado pronunciando algo parecido a 'Phantom of the Opera'.

A vuestra salud:



Me encanta el olor de la disco-metal del Kobetasonik cuando te ponen esto a las 5 de la mañana. Huele a VICTORIA. Escuchad el disco entero ya, insensatos. Yo lo haría al menos.

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lunes, 22 de junio de 2009

Kobetasonik 2009, sábado 20

A última hora decidí aventurarme el sábado a visitar de nuevo el monte Kobetas en busca de una dosis de rock. Poco antes de las 14:30 me encontraba en taquilla comprando la entrada para el segundo y último día del festival con esos inesperados 5 € extra que hacían que costase 55 €, y más importante aún, que me quedasen 5 para sobrevivir tantas horas ahí dentro abrasado, como tanta otra gente que inteligentemente pensó que la camiseta negra era una buena opción. Al mostrar mi entrada los de la puerta demostraron su negligencia en el trabajo preguntándose si ese día era sábado 20. No, sábado 23, no te jode. No hizo falta que me cacheasen la cámara de fotos, ni siquiera tengo una. Así que esta entrada quedará bastante pobre en el aspecto gráfico.




Llegamos con un ligero retraso a Ekon, el grupo vasco de rigor, el grupo que con esa condición de local toca en el peor horario posible pero es mejor que muchos de los privilegiados del cartel de rigor. Yo nunca había escuchado antes al recientemente reunido grupo de Arrasate, pero su rapcore repleto de riffs con tres cantantes resultó bastante interesante. Con la pirotecnia justa como para impedir trabajar con cámara de grúa a los operarios, se fueron por donde vinieron en un siesnoés.

No hacía falta moverse del Escenario 2 para ver a Lauren Harris. Eh... está muy buena. Y... una canción recordaba a The Spirit of Radio de Rush... Y hmm, si no fuese hija de su padre jamás la hubiésemos visto en la tabla.

Ahora sí que tocaba moverse hasta el enorme Escenario 1 para ver a God Forbid. Según leí en el folleto, tocaban death metal americano. El género resultó ser justo como me lo imaginaba. Riffs muy rítmicos de unas guitarras afinadas en vaya usted a saber qué nota grave y voz gutural de un cantante afroamericano con el que no se me ocurriría pegarme. Decía el folleto que en los últimos trabajos habían intentado hacer un acercamiento hacia lo sueco. Sería por los 20 segundos de melodía tranquila que hubo en el concierto, porque el volumen de ellos daba más miedo que el cantante. En cualquier caso me resultaron bastante amenos.

Buckcherry fue el primer concierto en el que se vio una cantidad 'organizada' de fans. Resultó ser el grupo de hard rock más entretenido del día. No descubrí nada nuevo con ellos, pero disfruté mucho más con ellos y sus canciones de letras de contenido sexual que con ciertos cabezas de cartel, por ejemplo.

Dragonforce. Ains, Dragonforce. No abrieron el concierto con Through the Fire and Flames, sólo lo pareció. No sé cómo se puede hacer que las canciones parezcan tan jodidamente iguales entre sí. Siendo unos mantas, por ejemplo. Creo que si siguen con esa conducta payasesca acabarán convirtiéndose en una especie de grupo parodia hacia el power metal. Con un teclista que es la antítesis de Jordan Rudess en cuanto a estética y actitud, que si me dicen que su guitarra-teclado no estaba enchufada me lo creería, un cantante que estaba más tiempo echando agua al público que haciendo otra cosa, el batería que en cambio intentaba copiar el look a Portnoy y que hacía unos blast beats que no pegaban ni con cola en este tipo de música, un guitarrista haciendo muecas y gestos a Herman Li, el propio Li que no hace falta que haga el tonto para resultar irrisorio... Pero hay gente a la que le parecieron buenos. Oídos sordos.

Creía que tras ese concierto no estaría para paparrochadas, pero Papa Roach resultaron bastante audibles a primeras. Aquí sí que se notó que había gente que de verdad esperaba ese concierto. El grupo resultó estar bastante entregado hacia el público, y a mí se me pasó bastante rápido. Como suele suceder, no es la música que escucharía en mi casa, pero está muy bien para una escucha, con el añadido de que fue uno de los grupos que mejor sonido sacaron.

Empezaban los pesos pesados. Anthrax fue el primer conciertazo del día. La en apariencia no tan veterana banda (Dream Theater habiendo empezado más tarde les sacan unas cuantas canas y tolvas) ofreció un concierto lleno de clásicos... que no conocía. Igualmente me dio buenas sensaciones este grupo de thrash, género en el que no he ahondado demasiado pero siempre es preferible al jebi tradicional, por ejemplo. La gente salió contentísima del Escenario 1.

Luego era el turno de Thin Lizzy, según más de uno creería. Lo cierto es que la tardía caída de cartel del mítico grupo irlandés no fue muy anunciada que digamos. En su lugar venían los americanos Lizzy Borden (a ver si colaba el nombre) con su espectáculo de disfraces, tías buenas y rock americano repleto de caspa, ideal para ir a por la cena ya pasadas las 20:00.

Habiendo asesinado ese concierto, desgraciadamente hubo que sacrificar otro que pintaba muy bien casi en su totalidad. In Flames, que nunca entenderé por qué lo catalogan como death metal aparte de por ser suecos, pero era un concierto que me causaba mucho interés. Aún así, pensaba que ver a Dream Theater en primera fila merecería.

Y mereció, vaya que sí. El mejor concierto de la noche con una diferencia abismal, y desde nuestra posición lo pudimos ver y oír perfectamente. El único pero fue un encocado de al lado nuestro por el que temimos nuestro disfrute de la actuación, pero acabó tranquilizándose tras intentar un stage diving desde el puto suelo (es decir, un crowd diving o algo así) con el que fuimos afortunados por que pasase justo delante nuestro, que a alguno ya le metió un soplamocos.

Al margen de eso, el concierto fue una maravilla. El setlist fue similar al del pasado fin de semana en el Download Festival, pero con alguna canción más por durar más tiempo su actuación, y alguna canción ausente como Pull Me Under (éxito absoluto en UK, supongo que allí tocaba tocarla, o Hollow Years). Sólo tocaron una canción que conociese bien, Beyond This Life (no esperaba más, la verdad), pero con las otras canciones disfruté lo mismo o más. Si hay algo concreto con lo que me quedo del concierto es con Mike Portnoy. Creo que cumple la complicada tarea de ser (o parecer) el líder de una banda desde su posición de batería. No sé si el hecho de haber sido elegido tantas veces mejor baterista de rock progresivo le ha hecho fijarse en estas cosas, pero el aire de coolness que desprende este hombre es brutal. Cómo gesticula a los demás miembros del grupo, cómo anima al público mientras toca, se levanta del asiento en mitad de una canción y sigue tocando, acerca y aleja el micro golpeándolo con sus baquetas para hacer unos coros bastante chulos (en Constant Motion por ejemplo), sus malabares con baquetas voladoras (en mitad de una canción incluso le lanzó una baqueta a un pipa y cuando se la devolvió desde fuera del escenario la cogió al vuelo). Además es una puta máquina. Rudess nos pudo deleitar con su solo iphone y su duelo de guitarra teclado con Petrucci en Metropolis. El guitarrista del grupo no es que sea mi favorito en su labor, pero reconozco que tiene mérito tocar tantísimas melodías en sus canciones y hacerlo perfecto. Myung también le mete caña a su bajo, no toda la que quisiera yo para sacarle el jugo a esas seis cuerdas pero solo agudo y algún arpegio también tocó (en la canción de su disco todavía por salir, por ejemplo). Y aunque de LaBrie nos temíamos lo peor vista su actuación en el Download hace una semana, lo cierto es que anduvo bastante fino en su labor de cantante. En definitiva, fue un concierto memorable, y que me ha impulsado a seguir explorando los trabajos de este quinteto.

La gente ya se iba preparando para los cabezas de cartel que menos me han llamado nunca en un festival, Mötley Crüe. Si no me esperaba nada de ellos y además a los fans el concierto les defraudó, imaginaos cómo fue. No me cagué más en ellos durante el mismo porque las miradas de los maestros del air guitar que tenía en derredor resultaban amenazantes. Con una estructura canción/no-canción creían que saldrían airosos en duración, pero es difícil engañar al público cuando entre tantos parones se enfría el ambiente. Parones empleados para hacer ruido con los instrumentos, alguna improvisación que valía más bien poco, un tonteo de Mars y Tommy Lee con Little Wing y Voodoo Child (Slight Return) que fue para mí el mejor momento del concierto, conversaciones absurdas etc. Y tanto las canciones como los músicos valían más bien poco; vale que después de Dream Theater era normal que aquello me supiese insípido, pero gustosamente hubiese cambiado de horario a Buckcherry por ellos. Quién se ríe de LaBrie tras oír los agudos en falsete del cantante. En fin, que me lo pasé bien riéndome de los parones que hacían.

Estando ya el pescado vendido y siendo las 02:00 tras un día bastante largo, Hatebreed tuvieron una cantidad de público aceptable. Tocaron un hardcore rápido que suscitaba violencia y demás aplastamientos de cabezas, y a pesar de estar ya reventado no estuvo mal aquello.

Me dio lástima no haber ido el viernes allí. Había nombres interesantes en el cartel, pero precisamente de eso ha carecido el festival respecto al anterior, de algo de nombre. Por mucho que la de este año fuese una oferta variada e interesante, siempre valdrían más para el público general unos Kiss y unos Judas rodeados de grupos cuyo nombre es de sobra conocido, pero que llevan varios años viviendo de eso mismo, de lo que hicieron en épocas pasadas (por mucho que a mi juicio sea mierda). Vamos, que por mucho que la asistencia este año haya descendido casi un 50% me quedo de largo con este festival antes que con el del año pasado, al cual ni siquiera me molesté en ir. Por desgracia, como la pasta es la pasta, me temo que no tardaremos en volver a ver a lo de siempre por aquí. Al final la escena heavy es lo que es. El poder del metal, amigos, cómo no tener ni puta idea de música y creer que sí.

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domingo, 21 de junio de 2009

Patrick Wolf - The Bachelor

Por una vez me he enterado pronto del lanzamiento de un grupo que me gusta, a pesar de que es uno que se aleja de mis gustos habituales. Así que es un placer para mí escribir las primeras impresiones del último disco de Patrick Wolf: The Bachelor.



Para quien no lo sepa, Patrick Wolf es un jovenzuelo cantautor inglés que toca un millón de instrumentos o más, y hace buen uso de ellos a lo largo de sus creaciones. Grabó su primer disco con 20 años, y desde entonces no ha parado de dar conciertos y publicar álbumes, entre los que se encuentra el que veremos ahora, su 4º disco The Bachelor.

Como cualquier grupo que se precie, es difícil encajar los discos de Patrick Wolf en un género concreto, porque mezcla pop, rock, folk y música electrónica, centrándose en uno en concreto en alguna canción o usando elementos de varios géneros al mismo tiempo. En este último disco parece que las canciones van cada una a su bola, y de no ser por los estribillos suyos tan característicos parecerían de grupos distintos.


La temática de las letras de los discos es algo a lo que no suelo prestar atención. Pero por casualidad acabé leyendo que este disco lo grabó después de una desafortunada relación sentimental que dejó al pobre hombre hecho polvo, pensando que iba a pasarse el resto de la vida solo. Patrick Wolf siempre ha metido canciones tristes y sentimentales en sus discos, así que esa amargura no es algo que llame especialmente la atención en este último, pero el trasfondo ahí está.

El disco abre con Kriespiel, una pequeña obertura a lo prueba de sonido Dolby Surround, antes de pegar fuerte con Hard Times, canción cuyo doloroso videoclip os pondré a continuación. Suena parecido a su anterior disco (The Magic Position) pero tocando demasiado los huevos con el violín, con una melodía en el estribillo a la que he acabado por pillar el gusto.



Mientras escuchaba el disco, comprobé que a menudo el chaval se va al extremo de un género en concreto, tanto que cuando empieza a sonar Damaris parece que empieza alguna película genérica ambientada en la edad media. O cuando empieza Count of Casualty, que parece algo de chiptunes con ese sintetizador 8 bits sonando por ahí. O, siguiendo con bizarradas, la canción Vulture se aleja mucho del resto del disco con un sonido completamente ochentero (y no me refiero al jebi metal).


Por lo general, exceptuando esos desmarques puntuales, encontramos canciones bonitas y tranquilas, con un buen uso de instrumentos clásicos para embellecer el sonido. No he escuchado lo bastante los primeros discos como para poder comparar, pero al que sí que le metí mucha caña en su día fue al disco anterior, The Magic Position, y me gustó bastante más. Una primera impresión no es lo más apropiado para emitir un juicio justo sobre un disco, aunque si esta entrada sirve para recomendaros el disco anterior en lugar de este, perfecto. Os dejo con la mejor canción de The Bachelor: Oblivion (voy a componer yo también una Oblivion, que está de moda XD). Y sí, Patrick Wolf es bisexual. Lo dejo como dato. Que por sus pintas puede que no lo parezca pero así es.


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viernes, 19 de junio de 2009

Crítica transitoria ligeramente desfavorable/recelosa hacia Black Holes & Revelations

Debido a que he decidido por los tres que vamos a ir al concierto de Muse el 28 de noviembre en Madrid (qué poderoso se siente uno cuando comprando una entrada fuerza a otras dos personas a hacer lo mismo), he creído oportuno extender mis conocimientos acerca de su discografía. Por muy bueno que sea su directo, poca gente iría a verles simplemente por curiosidad teniendo en cuenta el precio de la entrada, pero lo cierto es que aún habiendo escuchado un único disco me parecía un gran grupo.

Y es que Origin of Symmetry me parece un trabajo muy a tener en cuenta. Con auténticos temazos como Space Dementia, Hyper Music o Citizen Erased me daba con un canto en los dientes si conseguía disfrutar de otras canciones en los demás discos como lo hacía con éstas. Decidí empezar por Black Holes & Revelations, su último disco. ¿Por qué no?




¿Por qué no hacer una entrada sobre ello? Es el último trabajo del grupo de moda... que salió hace tres años y que está a punto de converstirse en penúltimo trabajo, el cual obviamente se ha paseado por toda la blogosfera y más allá. Claro que esos análisis no los he hecho Yo. Además, prefiero escribir críticas sobre discos ya sobados por todo el mundo que... yo qué sé, llenar el blog de absurdas noticias. ¿Quién es el necio que haría eso? Preferiría escribir a pollazos y publicarlo antes que eso.

gvc vb vcg fvdc

A pesar de haber oído el nombre del disco cientos de veces, a priori pocos temas me sonaban. Por una parte uno empleado frecuentemente por Canal+ en la publicidad de la propia cadena, y que recientemente ha sido incluída en la banda sonora de cierta película de corte juvenil, que atrae gente... juvenil. Gente a la que maldecimos al estar rodeado de ellos en un concierto de Muse, cuando nosotros estamos curtidos en mil batallas sudorosas y headbangeras. Hasta que allí nos damos cuenta de que ese ambiente juvenil que puebla el público impregna de quinceañeras de hormonas revueltas la pista.



Por otra parte, alguna que otra canción también me sonaba así a bote pronto.



Tomamos auriculares. Plena concentración, damos al play, y Muse comienza a sonar. Es Muse, me jugaría el cuello. Dios, Take a Bow ha de ser suya, no me digáis que no tiene ese estilo que tanto les caracteriza. Con cuerdas y demás, pinta bien. Pero de pronto, algo sucede. Algo que me crea un escalofrío capaz de atravesar todo el espinazo y darme un puñetazo en la médula espinal que me deja tieso. Señores, qué leches es esto. ESTO.



Qué coño es esto, amigos. La primera escucha, hasta este preciso momento, me suscita parálisis cerebral. Por un momento creía que me había teletransportado al mundo del j-pop, al de los putos animes shojo, o yo qué sé. Luego se descubre instantáneamente que la progresión de acordes no está tan mal, pero esos dos acordes, con esa melodía de teclado intentaron asesinarme. Incluso el tiempo verbal cambió.

Luego el panorama mejoró con la ya de sobra conocida Supermassive Black Hole, la curiosa Map of the Problematique, Soldier's Poem que con esos coros recuerda bastante a Elvis... pero ni rastro de Origin of Symmetry por aquí. Invicible entra con un ritmo de caja militar, sigue con un ritmo de caja militar, acaba con un ritmo de caja militar. ¿Cuántas escuchas satisfactorias puede conceder esta canción? Prefiero no pensarlo. Un riff cañero para entrar en Assassin, y nada especialmente nuevo o llamativo hasta llegar a Knights of Cydonia, con ese aire a spaghetti western, para acabar con la línea de voz a coro y ese riff. Ese.



Unos dirán que es a lo Iron Maiden. Yo digo que es a lo Wolfmother. Otro dirá que es a lo de los dos grupos, porque tienen canciones que se basan en la escala pentatónica a porrillo. Tiene razón el muy cabrón. El caso es que hasta a mi viejo le hizo disfrutar y decir sus frases típicas de cuando suena algo de Metallica o Su ta gar por casa.

Se acaba el riff y se acaba el disco. Desde luego no es lo que esperaba, yo quiero los riffs, los teclados, las progresiones tan especiales de Origin of Symmetry. Todavía me quedan muchas escuchas para sacarle el jugo al disco y saber lo que tengo entre manos, pero la primera impresión no ha sido del todo satisfactoria. Pongámosle fecha de caducidad a esta crítica. O no.

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Sobre John Williams y la música clásica de guitarra

Hay días en los que decidimos alejarnos de la rutina musical para embarcarnos en aventuras atrevidas. No solo nos alejamos de nuestros grupos habituales, también lo hacemos con géneros musicales. No, no hablo de involucrarse en el post rock como cuando el disco de Maybeshewill. Eso está a tiro de piedra, hombre, me alejo más aún. Me catapulto y ¡zas!, tras ver en pleno vuelo a Paco de Lucía recordándome lo grande que es la guitarra clásica, aterrizo en el sitio más clásico de ellas. Que con las guitarras también se hace música clásica, sea contemporánea o no.

Entonces me encuentro con mi viejo disco de John Williams, que adquirí de mi primer y mejor profesor de guitarra. Sí, John Williams.



No, John Williams:


Te maldigo, last.fm. Algún día me las pagarás.

John Christopher Williams es guitarrista y compositor, según el disco que tengo yo, el cual se llama simplemente The Guitarist, simplemente interpreta la gran mayoría de las canciones. De 21 pistas sólo tres están compuestas por él. Muchas de las piezas son de una sola guitarra, pero también hay composiciones (las tres suyas, por ejemplo) de música de cámara. Son piezas puramente clásicas. Como música guitarrística que es, hay piezas contemporáneas, pero también las hay que han cumplido varios siglos y desgraciadamente su autoría cayó en el anonimato. Hay una buena mezcla de influencias según países, tenemos unas piezas griegas, italianas... pero hay una que para mí es sin duda muy especial, y para ser franco, cada vez que la escucho se me quedan los cojones cuadrados.

Dicha pieza fue compuesta por Carlo Domeniconi en 1985, hace relativamente poco. Tiene una gran influencia de la música turca, país del que el guitarrista italiano quedó maravillado por su cultura y decidió realizar estudios musicales en Estambul. La composición se llama Koyunbaba. Está dividida en cuatro movimientos, y al ser prestigiosa es fácilmente youtubeable, ya que John Williams es sólo uno de sus abundantes intérpretes, entre los que por supuesto está el propio Domeniconi. Os dejo el primero de los cuatro movimientos que conforman Koyunbaba, pero si sois un poco curiosos y os gusta os recomiendo explorar por youtube. Aunque no es fácil encontrar los cuatro, sí que hay alguna buena interpretación de ellos.



El de la música clásica es un género en el que debería ahondar porque me encanta, en especial la guitarra clásica, que es el instrumento con el que empecé y cuyo sonido me sigue cautivando, pero es muy difícil investigar este tipo de género del que hay tan pocas referencias en los medios y en la gente joven.

Aún así, seguiré indagando. Total, como si no escuchase lo que me sale de los huevos.

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domingo, 14 de junio de 2009

Las Vans de Mastodon

Dada la falta de contenido sustancioso en la página, debido en partes iguales a la vagancia y a la inmersión de los redactores del blog en nuestros respectivos exámenes, para que no quede vacío el mes de junio comentaré una chorrada que he visto en Hipersonica, único portal de actualidad musical en el que encuentro cosas que me llaman un poco la atención.

Y es que Mastodon, grupo por cuyo tardío descubrimiento me fustigo todas las noches después de lavarme los dientes, ha firmado con la marca de calzado californiana Vans para sacar la serie The Vans X Mastodon Blood Mountain.



Para la portada del disco está de puta madre, pero a mí no me entusiasma la idea de ir con un ciervo-lobo tricéfalo de colorines estampado en mis zapatillas. La ballena esa ya sería otra cosa, pero es lo que hay. Se podrán conseguir en tiendas especializadas (en zapatillas de grupos de groove metal técnico, busca la más cercana en google maps) y en tiendas específicas y web de Vans.

Si lo único que te ha llamado la atención de la entrada ha sido la palabra Mastodon, dejo después del salto el videoclip del temazo Oblivion, que también he visto en Hipersonica. El vídeo me hace mucha gracia, no me parecen muy creibles los barbudos estos como astronautas serios y compungidos. Y además la han acortado un poco.

Mastodon "Oblivion"

Ah y esto es un experimento para ver si realmente afecta las búsquedas: cachondas, lesbianas, mujeres desnudas, porno, putas, sexo, partituras el chocho loco, guarras, anal, oral, fecal, viakal, y tal, chinas, japonesas, hentai, porno avril lavigne y alaska, yo qué sé XD

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miércoles, 3 de junio de 2009

Maybeshewill - Not for want of trying

Qué bien suena eso de investigar grupos nuevos y poco conocidos. Es fácil decidir enfrascarse en una caza de discos por géneros específicos. ¿Para qué escuchar rock alternativo cuando puedes escuchar psychobilly? Os doy la respuesta: porque posiblemente el segundo sea una puta mierda o un tostón infumable. Sí, es así. Cuando lees noise rock piensas en señales amplificadas con mucha ganancia o algo, pero no, te das cuenta de que el género le hace honor a su nombre, demasiado honor.


Al fin y al cabo, por algo son géneros minoritarios. La siguiente decisión es refugiarse en los más mayoritarios de ellos, los célebres y vanguardistas post-(insert genre). Y al final, tras varias escuchas a diversos álbumes, acaba llegando el que buscabas. Ese que te pide a gritos otra escucha desde el primer momento, incluso mientras lo estás escuchando te pide más. Entonces apagas la pantalla del ordenador para... oh, mierda, es de plasma y es mate. Bueno, da igual, te imaginas ver tu rostro reflejado en ella. Y es algo similar a esto:



Algo parecido me pasó a mí con Maybeshewill, un grupo inglés que mezcla acertadamente riffs metaleros con algo de electrónica light, y su disco Not for want of trying.



Es un disco prácticamente instrumental, muy uniforme y de agradable escucha. Como he dicho combina elementos de rock (riff pesados, buena percusión) con moderadas dosis de electrónica y algún que otro teclado. No tengo mucho más que decir al respecto, sólo que tengo ganas de escuchar algún otro trabajo suyo a ver qué más ofrecen, y que podéis darle una escucha aquí a un tema suyo de curioso título.



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VIENEN MUSE


Parece que al fin hicieron caso a mi invocación desde los comentarios de FCLM (blog que Matt Bellamy visita entre 4 y 5 veces al día). Muse presentarán su nuevo trabajo The Resistance en Barcelona (Pavelló Olímpic) y Madrid (Palacio de Deportes) los días 27 y 28 de noviembre, y las entradas estarán disponibles a partir del 16 de junio. Las entradas probablemente valdrán lo mismo que ir a ver un puto festival, pero seguramente nuestro querido Matthew tendrá que pagarse las sesiones de terapia psicológica por estar currándose él solito toda la orquestación del disco nuevo, y eso lo justifica todo.

Ya me jode que sólo toquen en Barcelona y Madrid, pero al menos los conciertos son viernes y sábado respectivamente, así que igual hay que hacer un esfuerzo y echarse en viajecito, que a saber cuándo vuelven otra vez.

Visto con un par de días de retraso (por mi parte) en HiperSonica.

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lunes, 1 de junio de 2009

Yawning Man

Tiempo atrás descubrí por casualidad Queens of the Stone Age, y bastaba con echar un vistazo a cualquiera de sus biografías que pululan por internet para encontrar el nombre de la banda Kyuss. Al parecer Kyuss fue el grupo de stoner más importante e influyente que ha existido, y dando vueltas por los grupos del género se descubre que los miembros que militaron en la banda se han desperdigado por el resto de la escena stoner. Por eso me sorprendió encontrar un grupo que fue, a su vez, el que inculcó el sonido del desierto entre los jóvenes miembros de Kyuss: Yawning Man.

Yawning Man es un grupo de stoner-rock-psicodélico que se formó en 1986 en Palm Desert, aunque hasta el 2005 no grabaron ningún disco. Por lo que he leido, iban felizmente con su camioneta por el desierto, y allí donde paraban se ponían a hacer larguísimas jam sessions. Cualquiera podía verles o incluso unirse.



Como podréis oir si habéis hecho click en el video de arriba, es un grupo instrumental, al menos en los dos primeros CDs que son los que he escuchado. Las guitarras con eco y un uso frecuente de la "tremolo bar" caracterizan el sonido del grupo, acompañado siempre por una línea de bajo elaborada y la batería del grandioso Alfredo Hernández. Este hombre fue también miembro de Kyuss y fundador de Queens of the Stone Age, así que su calidad está más que demostrada.

De todos modos, en general es música muy tranquila. Demasiado tranquila en comparación con el resto de grupos stoner, y por eso al principio me pareció un soberano coñazo. Pero cuando se me empezó a hacer difícil diferenciar los grupos stoner cuando ponía el modo aleatorio, me di cuenta de que son el resto de grupos los que se repiten como el ajo, y comencé a apreciar a Yawning Man. Aparte de ser el tipo de música perfecta para escucharla sin que absorba toda tu atención mientras haces otras cosas (vaya programas en Java con sabor a desierto he hecho).



Así que lo dicho, no hace falta que te guste el stoner para que te guste este grupo. Dadle una oportunidad y admirad los tambores de Alfredo.

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