viernes, 14 de agosto de 2009

Cómo coño puede ser este disco tan bueno v.2

Mi lista de mejores álbumes de todos los tiempos, a la que tanto mimo a pesar de no estar escrita en ningún sitio, es bastante restringida, ya que trato de ir sobre seguro. No basta un embelesamiento pasajero para entrar en ella, para consagrarse como disco loado requiero años de escuchas sin que mi interés y admiración por el disco decaiga. Es por ello que no habrá más de cinco carátulas en el ficticio collage que conforman dichos discos.

Podría decirse que Iron Maiden era uno de esos trabajos. Ahora mismo traigo otro, curiosamente ópera prima y homónima de un grupo que a mi juicio también ha ido en declive irremediable. Ese disco no es otro que System of a Down - System of a Down.




Como todo hijo de vecino, empecé a escuchar a este grupo con Toxicity, hace tanto tiempo que incluso me asombra. Con 11 años ya tenía el disco con su correspondiente casette para escuchar en el walkman. Aguanté varios años escuchando ese disco, cuya grandeza es indiscutible, pero nada más comprar este disco del que hablo hoy parece que hizo que me olvidase de el logotipo de letras hollywoodenses por una temporada.

También es bien sabido que SOAD es un grupo único en su especie; este disco lo es dentro de su discografía. La mezcla de estilos que se sucede en este álbum es extraordinaria, otorgándole una atmósfera bastante interesante. Todo ello llevado con una simpleza guitarrística bastante llamativa para la 'complejidad' de los propios temas, pero la excelente labor a la batería de John Dolmayan y a la voz de Serj Tankian, la cual está llena de recursos de todo tipo hacen muchísimo. La base rítmica es tan buena que hace que cualquier riff nos pueda volver locos. El disco también es variado, cada tema tiene su propio carácter. Incluso Darts, que es la firme candidata a ser la canción de última hora (eufemismo de relleno, pero como no es mala para nada lo consider más correcto así) para estirar un poco el minutaje.

Hacer un close-eyed listening de esto es de lo mejor que se puede hacer si se quiere segregar adrenalina. No importa que las canciones sean lentas o rápidas. Todas suenan fuerte... y suave a la vez. Suenan potentes, pero son muy asequibles y con melodía. Reitero que el trabajo vocal en este disco es excelente. De todas maneras, las palabras sobran. Lo mejor que se puede hacer es directamente escuchar el disco y sacar conclusiones, lo cual no tiene nada que ver con que sea verano y no me apetezca ni un cagao escribir en este periodo de desconexión y de asesinatos indiscriminados de neuronas mediante diversas sustancias.


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