jueves, 7 de noviembre de 2013

¿Mikel en Utrecht? 2. La mendicante España

El Fondo de Cohesión de la Unión Europea es una de las políticas sociales más patentes del organismo europeo: una subvención de los países más ricos hacia las regiones subdesarrolladas. Esto no era necesario en la Comunidad Europea de los nueve donde la única región a la zaga de las demás era el sur de italia. Pero tras la expansión mediterránea de los ochenta, con Grecia (en 1981, ay qué mentirijillas metieron en el proceso de acceso a la UE, como se ve ahora), Portugal y España (1986) los fondos estructurales cobraron singular importancia. Desde la expansión de la UE a Europa Central y Oriental, el Fondo de Cohesión trabaja principalmente en inyectar ayudas a dichos países, varios de ellos cadáveres democráticos y de acuciante corrupción tras el fin de la Guerra Fría. Sin embargo, los países de la expansión mediterránea siguen cobrando de los fondos. Parte de ellos, siguiendo una distribución regional dentro de dichos estados. Miren las comunidades que están, van a estar o van a dejar de estar cobrando los fondos estructurales:
Yo me cago en todo. Los hijos de puta nos ganaron la guerra civil y nos metieron en una dictadura de 40 años, y durante todo ese tiempo fueron tan inútiles que ni se encargaron de robar lo suficiente para prosperar. Que media España está hasta los cojones de los castellanos y demás ralea, de su desfachatez (o fachatez) y nostalgia franquista está bien claro. Lo que no está claro es qué habría pasado con este truñazo de estado si en la República las cosas hubiesen seguido su curso político, cultural e intelectual guiadas desde el noreste de la península ibérica. Pero nunca lo sabremos, mucho menos mirando la Enciclopedia de la ridícula Real Academia de Historia. Porque la historia la escriben los vencedores, por muy tontos que sean.

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